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El cáñamo, en concreto la cannabis sativa, es una de las plantas más antiguas de la historia que ya existía como planta salvaje en alguna zona de Asia Central 8.000 años A.C. y que todavía se cultiva y procesa a día de hoy. Durante milenios se ha utilizado con fines médicos, espirituales y sociales.

En la actualidad, se estima que al menos una vez al año, de una forma u otra, consumen cannabis entre doscientos y trescientos millones de personas en todo el planeta.

A pesar de que los usos de la planta del cáñamo son tan variados, aún no se ha podido desprender por completo de la etiqueta de droga intoxicante. Por esto y para entender que estamos frente a una planta de suma importancia, la cual ha evolucionado con nosotros a lo largo del tiempo, vale la pena echar una ojeada a su historia.

Según los registros arqueológicos, su origen parece encontrarse en la meseta tibetana de Asia central 8.000 años A.C. Su pariente vegetal más próximo es el lúpulo, utilizado en la elaboración de la cerveza. En Europa y Asia, sobre todo en esta última, se atribuyó un gran valor al cáñamo desde una etapa temprana. El cannabis se utilizó en Japón, China, Mesopotamia, antiguo Egipto, antigua Grecia, Roma y la India como elemento para producir textiles, productos medicinales y como una tradición espiritual.

En el año 1994, hallaron una tumba del antiguo Egipto en la cual yacía una joven que había muerto en el parto y, junto a ella, había hachís. Previsiblemente, se habría utilizado esta sustancia para aliviar los dolores del parto. Asimismo, en la época romana, en los escritos médicos clásicos de Galeno y Dioscórides, ya se recomendaba utilizar el “jugo de la semilla” como analgésico o calmante y para tratar el desinterés sexual.

“En China, el cannabis aparece en el Pen Ts´ao como tratamiento para la gota, el reumatismo y la malaria. El Pen Ts´ao es un conjunto de 52 libros que comprende el saber medicinal escrito entre el siglo III y el I A.C.”.

Las únicas civilizaciones antiguas que no la utilizaron fueron las llamadas culturas del Nuevo Mundo, Incas y Aztecas. Pues no fue hasta el viaje a las Américas de Cristobal Colón cuando se dio a conocer en dichas tierras. En el monumento a Colón de Barcelona, se pueden observar hojas de cáñamo acompañando a otros símbolos que homenajean al descubridor. La planta de cáñamo se torna protagonista, ya que fue un producto de suma importancia para la navegación. Las cuerdas y velas fueron fabricadas con cáñamo. También este fue usado para las juntas de los tablones de los barcos gracias a su impermeabilidad; el aceite de cáñamo para las lámparas y, además, sus semillas se almacenaban tanto para su futuro cultivo como para alimento rico en proteína para la tripulación.

Monumento Cristobal Colón Barcelona
Monumento a Colón de Barcelona, diseñado por el arquitecto Gaietá Buïgas

La planta del cannabis no es originaria de América, pero terminó siendo un cultivo comercial muy importante. Tanto que, en 1619, se aprobó una ley que exigía a todos los granjeros norteamericanos que cultivaran cáñamo y en algunos estados se llegó a utilizar hasta como moneda.

Sin embargo, a pesar de todos los beneficios que desde la antigüedad se observan, la historia del cannabis medicinal está marcada por la época de la prohibición.

En 1937 se sentaron las bases de la Ley de Tasación de la marihuana, la cual declaraba ilegal el cannabis a nivel federal y muchos países tomaron su ejemplo.

Contra el cannabis hubo una campaña de desinformación gubernamental y de opinión pública. El gobierno Norteaméricano de la época era racista y contrario a la inmigración. Los medios de comunicación (manipulados por dicho gobierno) publicaban crónicas sobre hombres de color que, drogados de cannabis, corrompían y agredían a mujeres blancas.

“La FBN patrocinó películas como Reefer Madness, la cual se encuentra en YouTube. En ella se pueden identificar personas no blancas enloquecidas por la planta cometiendo violaciones y asesinatos.”

A la mencionada FBN pertenecía Harry Anslinger, director de la Oficina Federal de Estupefacientes, él fue uno de los cabecillas de este movimiento y creó una realidad disonante de la marihuana y el cáñamo. Suerte distinta fue la que corrió el alcohol, el cual fue rehabilitado a pesar de que estaba relacionado con más problemas de salud y de carácter social. Por razones mucho más políticas y económicas que científicas o médicas, Anslinger fue uno de los encargados de “asesorar” a la ONU y la OMS para que ambas decretaran el cannabis como narcótico y como producto con ningún valor médico, respectivamente.

El cannabis hace su reaparición a finales de la década de 1970, la actitud respecto a la planta empezó a cambiar. Algunos territorios, por ejemplo, los Países Bajos, lo despenalizaron. En 1988 la DEA (Administración para el Control de Drogas) estableció que el cannabis tenía beneficios terapéuticos. Entre 1993 y 1996 la UE consideró legal, nuevamente, cultivar cáñamo en sus países miembros, era el principio del renacimiento del cannabis.

Esta postura fue adoptada en Estados Unidos en 2009. En Canadá se aprobó la legalidad del Cannabis médico en 2001 y, en 2018, fue el turno de Reino Unido.

En la actualidad, gran parte de los estados de EE.UU. y UE, casi en su totalidad, han legalizado el consumo de cannabis médico y con resultados bastante positivos. Asimismo, Canadá y algunos estados de EE.UU han aprobado el consumo adulto recreativo.

Entusiasma ver el cambio de paradigma que ha sufrido esta planta, aunque hay que destacar que este impulso ha venido de la mano de los pacientes y de los partidarios al cambio y no de los médicos institucionales.

Si comparamos la situación pasada con la presente, es evidente que esta ha dado un vuelco, ya que el pensamiento y la actitud ante ella no solo ha cambiado, si no que la planta no deja de ganar popularidad y de aumentar en formas de uso.

Pero ¿qué áreas de aplicación cubre el cáñamo?

Se caracteriza por ser una planta de la que se puede aprovechar todos sus componentes y utilizarlos de diversas maneras. Vamos a analizarlas:

  • Semillas: Elemento rico en ácidos grasos saludables y proteico. Se utiliza para procesar alimentos tanto de personas como de animales, cosméticos y biocombustibles.
  • Tallo: Posee propiedades robustas, flexibles e impermeables. Utilizado para hacer cuerdas, materiales de construcción o camas para animales.
  • Fibras: Resistentes y perdurables, ideales para producir papel, aislante y textil de muy alta calidad.
  • Flores: Parte más terapéutica de la planta si su porcentaje de THC es bajo, idóneas para la elaboración de todo tipo de productos inhalados, cutáneos, ingeridos o sublinguales. Si se trata de una cepa alta en THC, se considera psicoactivo y, por lo tanto, ilegal.

Es una planta respetuosa con el medio ambiente. En comparación con el algodón, la fibra de cáñamo necesita un 50% menos de agua para su producción. A lo que hay que añadir que es CO2 negativo, es decir, durante su crecimiento absorbe más CO2 de lo que emite, por lo que ayuda a reducir el efecto invernadero.

¡Pero el asunto no termina aquí! Además de ser una planta casi 100% aprovechable, su método de cultivo es de lo más simple. Sin demasiados cuidados, la planta puede alcanzar un tamaño de 4 metros en menos de un año. Además, es una cepa que admite la rotación de cultivos, teniendo un efecto positivo en las especies plantadas a posteriori. Asimismo, el cáñamo es particularmente resistente a plagas y malas hierbas.

Tras esta ojeada breve pero intensa a esta magnífica planta, podemos asegurar que los prejuicios que rodeaban al cannabis están empezando a derrumbarse. Esto es debido al descubrimiento de otras variedades con un porcentaje bajo en THC y alto en otros cannabinoides, destacando el CBD, el cual ayuda a mejorar la salud y el bienestar de las personas. Pero esto lo trataremos con mayor profundidad en el siguiente artículo.

De esta forma, cada día que pasa, un mayor número de personas empiezan a valorar a este vegetal y todo su potencial. Hasta tal punto que los organismos de la salud internacionales reconocen sus propiedades medicinales y están buscando avanzar en investigación y desarrollo de tratamientos con CBD y cannabis medicinal.

Nadie puede asegurar con certeza que le deparará en el futuro al cannabis y al CBD, pero en Verde Origen somos de lo más optimistas y como habrás comprobado, tenemos razones para ello.

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